Los primeros días de un sueño.

Durante el mes de julio visitamos Pueblo Nuevo y comenzamos el trabajo que durante meses estuvimos planeando y anhelando: reestructurar la casa donada por la Federación Nacional de Cafeteros en la que la comunidad del pueblo trabaja con el fique.

¿Qué hicimos?

El primer día nos dedicamos a limpiar el salón que se está adecuando como guardería (si quieres saber más al respecto, haz click aquí), y otro salón continuo a este.

El segundo día consistió en la adecuación del jardín de la entrada de la casa. El partido del mundial Colombia - Inglaterra nos dejó el corazón roto y esta actividad lo volvió a unir. Tan pronto terminó el juego, algunas tejedoras e hiladoras, niños y niñas del pueblo y Carmito, esposo de Toña, hiladora, se reunieron para comenzar la tarea. Momentos más tarde nos unimos nosotras para seguir pintando piedras con los niños y niñas, ponerlas alrededor de las matas sembradas y compartir como grupo hasta el final de la tarde.

La tarde del siguiente día celebramos una misa en la iglesia del pueblo junto con algunas tejedoras e hiladoras para agradecer por la comunidad y su trabajo, y en grupo fuimos a la casa donde se trabaja con el fique para que el padre la bendijera.

Seguido a esto, continuamos la tarea de pintar las piedras con algunas jóvenes del pueblo hasta que el frío nos hizo correr hacia las casas.

Gracias a la donación de un gran amigo de la familia, los dos salones mencionados más arriba, uno de estos, la guardería, fue pintada de blanco por Héctor, también miembro de la comunidad de Pueblo Nuevo (¡gracias Checha y Héctor!). El cambio de colores fuertes a blanco les dio mucha más luz y amplitud a los salones y permitió que las paredes fueran lienzos para el trabajo que venía a continuación.

Con los salones pintados, el tercer día de labores algunas tejedoras e hiladoras consintieron al grupo con un sancocho delicioso que disfrutamos en la casa donde se trabaja con el fique.

Una vez terminado el almuerzo, todo el grupo recortó figuras en paño lense de diferentes colores para hacer un mural en el salón de los niños y niñas del pueblo. Se recortaron mariposas, flores, hojas y muchas otras figuras que hoy decoran una de las paredes de la guardería.

Ese día también organizamos una de las camas del camarote que permanecerá en la guardería, con sábanas, cobijas y almohadas donadas por personas con corazones muy grandes (¡gracias!).

Aún falta mucho por hacer, pero el trabajo ya inició y no podemos estar más felices. No te pierdas las próximas entradas para conocer el resultado final.

¡Gracias por leernos!